Enero es el mes de los buenos propósitos, de hacer balance y de marcarse nuevos objetivos personales a alcanzar durante el año que justo empieza. Esta reflexión también sirve para las familias empresarias, y es la que me ha llevado a preguntarme cuáles son las metas que debería plantearse la empresa familiar en 2018.
Pues bien, desde mi punto de vista, creo que hay tres puntos clave:
- Dejar bien planificada la sucesión de la empresa. Si todavía no lo habéis hecho, os recomiendo plantearos elaborar un Protocolo Familiar para dejar bien planeado el relevo generacional.
- Apostar por la profesionalización del negocio, contratando a profesionales externos o poniendo en marcha los órganos de gobierno de la empresa familiar, entre otras medidas.
- Mejorar la comunicación en la empresa y en la familia, tanto con los familiares que trabajan en el negocio como con los accionistas que no participan en la gestión de la empresa familiar.
La empresa familiar en 2018: Retos
No es la primera vez que hablamos de estos tres grandes retos de la empresa familiar. Y si insisto en este tema es porque creo que el relevo generacional, la profesionalización y la comunicación son fundamentales en la empresa familiar. Si estos temas están bien resueltos, será mucho más fácil lograr la continuidad del negocio.
Aun así, soy consciente de que no son objetivos sencillos. Sé que, muchas veces, nuestro día a día en la empresa familiar es tan caótico que no nos deja tiempo para pensar en el futuro del negocio. En otras ocasiones, son la pereza o el hecho de que entran en juego las emociones familiares lo que nos frena a la hora de abordar estos temas.
Sin embargo, os animo a encontrar las ganas y el tiempo necesario para hacer frente al relevo generacional, a la profesionalización y a la mala comunicación este 2018, ya que no hacerlo, o demorarlo sine die, puede condicionar la continuidad del negocio.
Y, por último, quiero aprovecho para explicaros que hemos inaugurado en el blog un nuevo apartado. En ‘Diagnóstico para tu empresa’ podréis, respondiendo a unas pocas preguntas, recibir un diagnóstico muy básico sobre el estado de salud de vuestro negocio. A partir de ahí, podréis decidir si necesitáis ayuda externa que os ayude a garantizar la continuidad de la empresa familiar en 2018.